Buenmozo, carismático y con excelentes dones histriónicos, Rafael Amaya interpreta a un guapo cirujano, de ojos azules y carita de yo-no-fui que de pronto se ha destapado como un asesino en serie, causando tremendo impacto entre las aterradas televidentes.
Hablar con Amaya no es fácil, pues es uno de los actores más ocupados que existen en la televisión latina.
Para darles una probadita les cuento que es el galán de la superproducción La reina del sur, que actualmente se filma en Colombia. También participa en la teleserie Hospital Central, que causa sensación en España. Como si fuera poco, en México es el coprotagonista del melodrama Por derecho de sangre --refrito de Cuna de lobos-- junto a William Levy.
Esto sin contar con su papel del terrible asesino de la telenovela Alguien te mira, donde encarna a Julián García, un guapo doctor, que es buen padre y muy buen amante pero que está acabando con la población femenina de Chicago, acechando a sus víctimas, a las que luego de enamorarlas, las mata y les arranca el corazón.
Al preguntarle cómo se preparó para este papel tan tremebundo, nos dice:
``Es un personaje muy elaborado y bien tejido. Yo ya había hecho una película que narra la historia del `Lady Killer', un asesino serial de mujeres, para la que estudié el comportamiento de los psicópatas, para conocer el perfil y la patología de estos tipos; de dónde vienen sus cambios, sus tendencias y patrones de comportamiento. De igual forma, me he documentado con libros de psicología criminalista''.
¿Es así Julián porque de niño fue abusado por su madre?
``Hubo un cierto abuso que lo marcó de por vida, y su memoria sensorial lo hace asociar la canción que oía de niño con las mujeres y con lo que le hacían a él. Y por eso reacciona a esos recuerdos, y se va convirtiendo en un monstruo''.
¿Cómo es posible que estés en tantas producciones a la vez?, ¿tienes el don de la ubicuidad?
``¡Eso quisiera!'', dice riendo. ``Lo que pasa es que he tenido un año donde no he descansado ni un segundo. La teleserie Pacto de sangre, la grabé hace seis meses en México. Después viajé a España para hacer Hospital Central y al terminar la temporada comencé a filmar La reina del sur en Colombia'', aclara Amaya, que en la laureada novela de Arturo Pérez-Reverte, interpreta a un famoso personaje de la literatura hispanoamericana de los últimos años: el Güero Dávila. ``Es un tipo totalmente diferente al psicópata. Es un norteño, aventurero, mujeriego, un piloto narcotraficante que siempre está al borde de la muerte. El Güero es muy impulsivo, mientras que Julián todo lo tiene fríamente calculado'', comenta el actor de 33 años, que no ha terminado su trabajo en La reina del sur. ``Cuando tenga un minuto, tengo que viajar a Madrid, Gibraltar y Marruecos a grabar algunas escenas que me hacen falta en esta coproducción de Antena 3 con Telemundo'', dice Rafael, que sólo de escucharlo ya me deja totalmente agotada.
¿Después de terminar tu relación con la actriz Ana Layevska, te has vuelto a enamorar?
``No he tenido tiempo, pero sigo esperando a la mujer ideal'', asegura Rafael, quien ha trabajado en varias telenovelas, como La casa en la playa, Sin pecado concebido, Salomé, Las vías del amor y Las dos caras de Ana. Pero ha sido en el cine donde ha realizado gran parte de su carrera. Debutó en el séptimo arte, junto a Karymé Lozano en la película Desnudos, basada en la obra teatral Cuatro Equis. A ésta le siguieron: Así del precipicio, Amor letra por letra, 24 cuadros de terror, El descubrimiento, Se jodió la Navidad, La piel azul y Me importas tú y tú, en homenaje a Tin Tan.
``El cine me ha ayudado mucho para acoplarme a los proyectos televisivos, que ahora se filman con técnicas cinematográficas'', dice Amaya, que en sus ``ratos libres', está promocionando su primera película como productor.
``Se titula Paco & Santo vs. América, la hicimos jugando con unos amigos y resultó una buena cinta que ha triunfado en varios festivales. Ya salió en DVD y la estamos negociando para la televisión'', dice, para terminar, este hermoso actor que nació en la ciudad de Hermosillo, a donde irá a pasar la Navidad con su familia y a descansar, si lo dejan.
Fuente: El Nuevo Herald